Madre
Sólo conociste la infancia de mi vida,
pero no los sueños, las ansias y las penas.
Tu lejano recuerdo se durmió en el tiempo
y los años siguieron pasando uno a otro.
Deseo que goces de aquel paraíso
que siempre, de niña, tú y papá pintaban
en el alma pura, dulce y cristalina
de aquella pequeña que tanto los amaba.
Karmen Martìnez
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