martes, 27 de diciembre de 2016

Hablando de Gnomos

¿Has visto un gnomo? Los hay físicos pero, también, hay gnomos mentales.
Se dice que provienen del país Feérico. Son regordetes, desproporcionados, con mirada penetrante que intenta descubrir el interior de las personas; desagradables, barbudos y de apariencia tosca, grotesca. Unta su cuerpo con el jugo de la Nux vomica o nuez vómica lo que causa una tendencia a vomitar a todo el que lo huele.
Recolectan los secretos de los demás, los esconden en las minas como si fueran oro y piedras preciosas, ¿cómo los utilizan? Para castigar y maltratar.
Se meten donde quiera, especialmente, donde no los llaman. Una de las traducciones de su nombre es: “Hacedor de cosas simples”. Se transforman en hongos para engañar a los demás y algunos tienen problemas emocionales. Se vuelven tiesos y olvidadizos y se dedican a vagar. Cuando desaparecen, nadie los recuerda.
Como no tienen consciencia del bien o del mal se divierten “revolteando” la vida de los demás, produciendo el efecto poltergeist que significa: duende burlón. Si su víctima se da cuenta del la burla, se tornan molestos y violentos. Es muy difícil hablar con ellos, no ven ni oyen cuando se les habla, hay que tratarlos como a niños pequeños…
Se supone que algunos traen suerte, pero los gnomos en la actualidad, generalmente, traen devastación y desdicha.

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