Nuestro paso por la vida y por el
mundo está basado en el espacio y el tiempo. Tiempo que corre horizontal hacia
enfrente, y el espacio que se acumula en líneas verticales. Juntos forman la
velocidad. Vamos hacia el futuro en forma positiva y el pasado se va acumulando
negativamente en el tiempo, detrás de nosotros. Dentro de siete días nuestro
hoy será pasado y estará en el plano negativo: sólo estará presente en los
recuerdos: Únicos acontecimientos que pueden viajar con nosotros al futuro
(Realidad Virtual). Para volver a vivirlo tendríamos que hacer un retroceso en
el tiempo hacia el pasado.
Empieza la cuenta regresiva hacia el Año Nuevo.
Debemos ir desprendiéndonos de lo obsoleto, de lo que fue o no pudo ser… de lo
que se convertirá, algún día, en nuestro mundo onírico (del ensueño).
Somos esclavos del reloj que marca continuamente nuestro
tiempo.
El reloj (Charles Baudelaire)
¡Reloj! ¡Divinidad siniestra, horrible, impasible,
cuyo dedo nos amenaza y nos dice: ¡Recuerda!
Los vibrantes dolores en tu corazón lleno de terror
se plantarán pronto como en un blanco (…);
Tres mil seiscientas veces por hora, el segundero
murmura: ¡Recuerda! —Rápido, con su voz
de insecto, ahora dice: ¡Yo soy antaño,
y yo he bombeado tu vida con mi trompa inmunda!
Nota. El reloj es una pintura de Salvador Dalí. La
mosca que está en el reloj, según Dalí, significa putrefacción y muerte. Lo que
supone que también el tiempo se descompone y se derrite al igual que el reloj.
Karmen Martìnez