Después de mucho análisis, en las lecturas de la filosofía kierkegaardiana (Soren Kierkegaar), es posible sintetizar algo sobre el tema: la angustia.
La conciencia del pecado es el aislamiento absoluto y el aislamiento absoluto conlleva a la angustia. Y la soledad, el no poder relacionarse con los demás, implica angustia y sufrimiento. Sin embargo, sólo en la soledad se conecta el alma con su YO interno y con Dios.
Pero el aislamiento promueve el talento y el genio; sólo en la solead absoluta se adquiere la grandeza. El ser humano que busca la excelencia, debe obligarse a sí mismo al aislamiento porque de acuerdo con su naturaleza, no ha nació para estar solo.
La soledad ascética es un modo de acceso místico. La mayoría desdeñan las necesidades fisiológicas del individuo por considerarlas de orden inferior.
Karmen Martìnez
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