ESTRES POPSTRAUMATICO
Con dedicatoria a todas las víctimas de "mobbing" o acoso psicológico.
Mobbing o acoso psicológico y sus consecuencias. Tema: Estrés postraumático.
"Si tienes un psicópata en tu vida, corre" (Iñaqui Piñuel).
Estrés postraumático
Mario C. Salvador, psicoterapeuta y supervisor de terapia, dice: “Trauma es cómo nuestro cuerpo responde ante la amenaza de supervivencia”. Cuando algún acontecimiento nos sobrepasa y a los mecanismos ancestrales que ponemos en marcha: de vida o muerte; son lo más cercano a los que utilizan los animales. Se habla, dice, del trauma como el “terror inenarrable”.
Cuando estamos ante el evento del cual no podemos escapar: cuando la lucha o la huída no funcionan, entonces, la memoria traumática fragmenta los recuerdos en aspectos visuales, olfativos, gustativos e incluso, en las sensaciones internas que están presentes en el momento del trauma y que después, pueden ser “recordadores”. A esto Salvador le llama: “Síndrome de memorias o recuerdos enterrados”, recuerdos intensos e inenarrables que quedan almacenados en la neurobiología y dejan una huella profunda, y a partir de ese trauma se condiciona a la víctima en su manera de percibir la vida. En adelante, tendrá dificultad, entre otras cosas, para confiar en los demás. Posteriormente, alguno de esos olores o sensaciones disparan esta “cadena de recuerdos traumáticos”. La persona comienza a sufrir los flashbacks, durante los cuales no está consciente de que está recordado; es como volver a vivir el momento traumático. La víctima alterna los recuerdos como si estuvieran pasando otra vez en el “aquí y ahora”; otras veces bloquea esos recuerdos, intentando hacerse a la idea de que no pasa nada. Tiene dos formas de reaccionar: con emociones intensas o ignorando (bloqueando) cualquier pensamiento para no sentir nada.
El proceso de defensa está programado por la neurobiología y cuando la víctima es amenazada, el cerebro actúa “por sí mismo”, la víctima no piensa, entonces, acepta el ataque de forma pasiva. Este es un mecanismo de defensa, aunque después siente culpa o incluso, es culpada por terceras personas por no haberse defendido.
Mario Salvador explica el síndrome de inmovilidad tónica: La víctima dice: “no siento fuerza”; esta es la forma en que se vive este síndrome, es la fuerza que se retira del cuerpo. Es un fenómeno de desregulación de la energía: pesadillas, emociones desbordantes de ira, tristeza, miedo intenso; pueden pasar de la inercia (no sentir nada) a momentos de emociones intensas. Estas personas se vuelven fóbicas: padecen ansiedad, insomnio, pánico o taquicardia que es la manera como recuerdan el momento del trauma.
De acuerdo con Iñaqui Piñuel, después de seis meses de acoso continuo aparece el daño psicológico, emocional y psicosomático. En este momento la víctima tiene un cambio de personalidad y comienza a sufrir el estrés postraumático. La resistencia psicológica va siendo quebrantada ante la debilidad e impotencia de la víctima que puede desarrollar una fobia o terror de acudir al lugar donde está siendo acosado. La víctima se vuelve introvertida, se aísla, se esconde; aparece el terror de encontrarse con la gente. No existe nadie resistente al mobbing, dice, cualquier persona que sea hostigada constantemente y por largo tiempo, termina dañada psicológicamente de forma muy grave, sin importar que tan inteligente, fuerte o equilibrada sea.
Este es un síndrome que no remite con el tiempo, puede volverse crónico y acompañar a la víctima por el resto de su vida. Es un trauma complejo que se adquiere después de largo tiempo de acoso constante y continuado, repetido por tiempo indefinido en entornos donde la víctima no puede escapar y termina sometiéndose al acosador, lo que produce graves secuelas. Este consiste en un cuadro psicológico de tristeza profunda, invasiva, recurrente y presenta mecanismo de disociación y visualizaciones o flashback donde repasa una y otra vez, los sucesos de maltrato y terror, reviviéndolos emocionalmente y contra su voluntad. Va acompañada de deterioro de las funciones intelectuales, embotamiento y pérdida de memoria a corto plazo, pérdida de concentración, de experimentar alegría: anhedonia, lo que resulta muy peligroso porque eso conduce a la ideación suicida. Aislamiento voluntario, actitud de indiferencia, irritabilidad contra la familia, hipervigilancia (no pueden fiarse de nadie). Incoherencia verbal, pánico que se confunde con depresión o con un simple problema de ansiedad, causando enfermedades, sin embargo, es un trauma psicosocial que no desaparece espontáneamente, sino que dura varios años, con sentimientos de angustia, de indefensión, de aislamiento.
María José Edreira dice al respecto:
En esta situación la víctima hace tiempo que somatiza el problema y su salud está muy mermada. Su sistema inmunológico no responde, tiene infecciones frecuentes, problemas de piel, cansancio generalizado, insomnio, crisis de ansiedad, fiebre de origen desconocido, etc. Cuando el cerebro no aguanta tanta presión, tanto estrés, la hormona de la depresión se activa para dar la alerta, funciona como un mecanismo de supervivencia, si no se activase se produciría un fallo generalizado en el organismo con conclusión de muerte en pocos días. Si el médico de familia no reacciona a tiempo, medica a la víctima y la saca del entorno hostil con una baja laboral, el desenlace puede ser fatal.
El semblante y apariencia de la víctima es de derrota: enfermiza, angustiada al no saber cómo enfrentar el acoso, la fisonomía corporal y facial está alterada por la depresión, el insomnio y el miedo. En determinado momento la víctima acepta el acoso y ya no busca salir del problema, lo que beneficia al acosador que ve menos probabilidades de ser enfrentado. Todo esto con la complicidad de los testigos que en lugar de solidarizarse con la víctima apoyan al hostigador abandonándola en la soledad; lo que constituye un infierno para la víctima.
Las sensaciones visuales y auditivas vividas durante el acoso se quedan grabadas en la memoria y se reviven continuamente. Surgen los sentimientos de indefensión e impotencia, de ira, hostilidad y rabia contra quien lo ocasionó.
Basándose en el testimonio de víctimas de acoso se explica en qué consisten los llamados flashback o pérdida de la memoria:
"Como si se aplicara una descarga eléctrica en el cerebro, la mente se queda “en blanco”. Al no recordar nada comienza el pánico. Los recuerdos aparecen y desaparecen en milésimas de segundo. Se pierde la facultad para coordinar los pensamientos y las palabras. Hay tartamudeo e incoherencia en el habla, a veces, repitiendo frases que otros dicen o hilvanando ideas con las palabras que se escuchan o con los recuerdos fugaces que llegan. El sentimiento es de soledad y confusión profunda; hundida en una neblina impenetrable. Puede durar segundos o minutos, pero la experiencia es aterradora. Después de que desaparece el flashback se queda la mente confundida y solo cuando pasan varias horas se recupera la conciencia. A veces, después de que pasa, se recuerda todo lo que sucedió durante el lapso y otras veces, solo se recuerdan algunas palabras o ideas. El insomnio es crónico, pero cuando se duerme, sin aviso previo, se puede despertar asustada, con taquicardia y dolor de cabeza; sin saber por qué, sin encontrar una explicación. Se pierde la memoria instantáneamente y sólo se busca huir, desaparecer. Durante esos lapsos es muy fácil involucrar a la víctima o inducirla a aceptar situaciones que, normalmente, no aceptaría e incluso puede caer en situaciones difíciles sin meditar lo que hace".
Pongo esta inestigación a disposición y en beneficio de las víctimas o de las posibles víctimas futuras. También se encuentra en mi blog: karmenmartinez16.blogspot.mx
KARMEN MARTÍNEZ
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