domingo, 7 de agosto de 2016

El Mio Cid y el mobbing




Iñaqui Piñuel, psicólogo, ejemplifica el mobbing refriéndose al hecho histórico del siglo XI en España, cuando reinaba Alfonso VI de quien el Cid Campeador era vasallo. Era quien cobraba los tributos. Hizo prisionero al conde García Ordoñez y a raíz de entonces, este conde (el psicópata instigador) se hace su acérrimo enemigo y comienza una serie de calumnias y difamación contra el Cid logrando que sea desterrado y expropiados sus bienes, amenazando con la muerte a todos los que lo ayuden (sometido al aislamiento). El Cid intenta rehabilitar su nombre rebatiendo todas las acusaciones (intenta congraciarse con el rey pero es rechazado). Tras muchas penalidades en el exilio logra emplearse con otro rey, convirtiéndose en una figura clave de estrategia militar. Se da cuenta que es García Ordoñez el instigador, el que le habla al oído al rey, para calumniarlo. Entonces lo reta a una lucha entre los dos, sin embargo, ninguna tropa se presenta a la lucha (la cobardía del acosador que se ve descubierto). Posteriormente, el rey le devuelve todos sus bienes y lo llama de nuevo.

Bueno, este relato refleja de qué manera actúa un acosador: calumniando, difamando y degradando a la víctima elegida para usurpar su puesto y para consumar su venganza: para bajarla a su nivel. Dice Piñuel que la víctima desconoce que por sus características sobresalientes representa una amenaza para el acosador. Hay que hacérselo saber a través de la terapia, señalarle el carácter tan injusto de este fenómeno ya que ella misma se siente culpable del acoso; entonces hay que ayudarla a reafirmarse en la inocencia, ya que no ha hecho nada mal y solamente ha servido al propósito perverso del acosador porque su buena fe y su profesionalismo resultan amenazantes para él. Entonces, debe hacerle frente al acosador.

Según dice, en España no ha dado buen resultado la denuncia ya que el acosador es un mentiroso compulsivo y experimentado y se las ingenia para hacer aparecer a la víctima como la culpable y hasta algunos jueces terminan creyéndole. Después de que él maltrató a la víctima, los que debieran protegerla terminan victimizándola doblemente.

En fin, hay mucho que decir y qué hacer sobre el mobbing.

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