La angustia, según Soren Kierkegaar
“La angustia es una voz de alarma, aunque puede ser también la tentación de un nuevo pecado”.
En el hombre existen tres tipos de vida, un itinerario individual, según Kierkegaard (Soren) son: El ético, el estético y el religioso. El estético es lo inmediato, lo sensual que no lleva a ninguna parte ya que carece de ese algo que no satisface, de lo espiritual, lo eterno.
El hombre es una síntesis de cuerpo y espíritu, temporal y eterno, necesidad y libertad. El término de esto es la angustia, indicativo de que el hombre tiene lo eterno en sí mismo. Si permanece en lo estético terminará en la desesperación. Al pasar al medio ético sus reclamos serán en lo temporal y el mundo de los sentidos. En esta parte vive la relación con el placer: la búsqueda del placer y el cultivo de la apariencia y las formalidades.
Esto implica un apasionado compromiso con el deber y con las obligaciones sociales y religiosas y se caracteriza por la seriedad y consistencia en las elecciones morales. De aquí puede saltar al tercer nivel que es el religioso donde se somete a la voluntad de Dios y alcanza la auténtica libertad.
El hombre es una síntesis de cuerpo y espíritu, temporal y eterno, necesidad y libertad. El término de esto es la angustia, indicativo de que el hombre tiene lo eterno en sí mismo. Si permanece en lo estético terminará en la desesperación. Al pasar al medio ético sus reclamos serán en lo temporal y el mundo de los sentidos. En esta parte vive la relación con el placer: la búsqueda del placer y el cultivo de la apariencia y las formalidades.
Esto implica un apasionado compromiso con el deber y con las obligaciones sociales y religiosas y se caracteriza por la seriedad y consistencia en las elecciones morales. De aquí puede saltar al tercer nivel que es el religioso donde se somete a la voluntad de Dios y alcanza la auténtica libertad.
“El hombre no es consciente de la culpa porque peca, sino que peca porque es consciente de la culpa”.
Karmen Martìnez
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