miércoles, 12 de octubre de 2016

Un día en la vida


Hay un día en la vida en que se te rompe el alma, el corazón se queda sangrante y despedazado; ya nunca lo podrás cambiar. El llanto ayuda pero no cura la herida ni borra la cicatriz punzante que deja. Se convertirá en un recuerdo grabado en fuego vivo. Cada movimiento te recordará que estuviste a punto de colapsar. Tu vida continuará entre las sombras: sonrisas para los demás y lágrimas de amargura vertidas en tu interior; lágrimas que nadie verá nunca. Te verán cantar y sonreír. Pueden llamarte frívola, es preferible a que te digan melancólica. Pero esa melancolía ya no te dejará jamás. Hay dolores que nunca se superan.

Karmen Martìnez

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