lunes, 31 de octubre de 2016

Alegoría

Alegoría

Anda como una diosa y reposa como una sultana;
tiene por el placer una fe mahometana,
y en sus brazos abiertos que llenan sus senos
atrae con la mirada a toda la raza humana.
Ella cree, ella sabe, ¡doncella infecunda!,
necesaria no obstante a la marcha del mundo,
que la belleza del cuerpo es sublime don,
que de toda infamia asegura el perdón.

Ignora el infierno igual que el purgatorio,
y cuando llegue la hora de entrar en la noche negra,
mirará de la Muerte el rostro,
como un recién nacido, sin odio ni remordimiento.


Charles baudelaire

sábado, 29 de octubre de 2016

La desesperación



Intentando descifrar al complicado Soren Kierkegaard:


Enfermedad mortal significa un mal cuya salida es la muerte (…). La muerte termina con las enfermedades. 

La desesperación es morir eternamente, morir sin poder morir. Pero morir la muerte significa vivir la propia muerte; y vivirla un solo instante, es vivirla eternamente. 

¡Quimera! En la desesperación el morir se transforma continuamente en vivir. Quien desespera no puede morir; «como un puñal no sirve para matar pensamientos»

Nunca la desesperación, gusano inmortal, inextinguible fuego, devora la eternidad del yo. Es el ácido, la gangrena de la desesperación, el suplicio cuya punta, dirigida hacia el interior, nos hunde cada vez más en una autodestrucción impotente. 

La desesperación, enfermedad mortal.
Sôren Kierkegaard


Creo que es algo así como:

“Quiero ser el más grande”. Pero al no lograrlo, se desespera, sufre e intenta autodestruirse no por no ser el más grande sino por tener que quedarse con lo que se es, que, como sea, no es lo que se desea ser.

Si no consigo que me amen llegaré a la desesperación, no por no tener al ser amado sino por no haber sido capaz de conseguirlo o de retenerlo. No me duele que se vaya, me duele mi propia incapacidad para no haber podido impedir que se fuera”.

Bueno… más o menos.
Karmen Martìnez

Abuso, Juan Gabriel

No sabía que esta canción es de Juan Gabriel... ¡No puedo creer que todas sus canciones sean tan, tan hermosas! Especialmente esta. Me encanta. ¿Oíste, abusón?

Sin dedicatoria, nada personal.




miércoles, 26 de octubre de 2016

La genialidad de Alan Poe


"Mi vida ha sido capricho, impulso, pasión, anhelo de la soledad, mofa de las cosas de este mundo; un honesto deseo de futuro".
Edgar Alan Poe 


(Uno de los escritores y poetas de más geniales -verdaderamente genial- de Estados Unidos): cuentos de terror, misterio y ficción. ¡Admirabilis!

Karmen Martìnez

"Silencio" de Edgar Alan Poe


Escúchame -dijo el Demonio, apoyando la mano en mi cabeza-. La región de que hablo es una lúgubre región en Libia, a orillas del río Zaire. Y allá no hay ni calma ni silencio (...).

Pero su reino tiene un límite, el límite de la oscura, horrible, majestuosa floresta. Allí, como las olas en las Hébridas, la maleza se agita continuamente. Pero ningún viento surca el cielo. Y los altos árboles primitivos oscilan eternamente de un lado a otro con un potente resonar. Y de sus altas copas se filtran, gota a gota, rocíos eternos. Y en sus raíces se retuercen, en un inquieto sueño, extrañas flores venenosas. Y en lo alto, con un agudo sonido susurrante, las nubes grises corren por siempre hacia el oeste, hasta rodar en cataratas sobre las ígneas paredes del horizonte. Pero ningún viento surca el cielo. Y en las orillas del río Zaire no hay ni calma ni silencio...

Silencio
Edgar Alan Poe

Y el cuervo dijo... ¡Nunca más!



Y el cuervo dijo... ¡Nunca más!



El cuervo
Edgar Alan Poe

Mi poesía favorita.


viernes, 21 de octubre de 2016

Enamorada del personaje del libro



Elegí esta cita de Prust para iniciar el capítulo cuatro de mi primer libro: 


"Aquellos seres a los que habíamos prestado más atención y ternura que a las personas de carne y hueso […] por los que habíamos temblado de emoción y sollozado, no volveríamos a verlos, no volveríamos a saber nada de ellos […]. Unos seres que mañana no serían más que nombres sobre una página olvidada, en un libro sin relación con la vida". Marcel Prust.

Me resulta fascinante cuando las personas leen mi libro y me preguntan sobre los personajes. A veces piensan que la protagonista soy yo misma y quieren saber pasó cuando terminó la historia. Un pequeño quería conocerme para preguntarme: ¿Quién dejó el portafolio en el parque? Otra persona vino a mi casa a preguntarme dónde vive el chico de la historia y quién es; otras preguntan si voy a hacer la segunda parte. 

Todo esto me resulta de una ternura conmovedora. Es el mejor regalo que me dan, después de leer lo que escribo. Espero que mis personajes "mañana sean mucho más que nombres sobre una página olvidada, en un libro sin relación con la vida".

De verdad los amo, no saben cuanto.
Karmen Martìnez

Soledad

Dicen que la soledad elegida es luz, es autonomía y es independencia. No es tristeza; hay quien se siente solo aún estando rodeado de gente. La soledad elegida es el placer de estar con uno mismo y hacer conexión con Dios. Tu cuerpo permanece preso mientras tu mente se desplaza por mundos insólitos. 

Además, es esencial para entenderse y aprender a amarse. Puede que todos te abandonen pero tu estarás siempre contigo mismo mientras tu vida transcurre y eres tú la única persona que te acompañará por siempre...

Pero es soledad al fin y a veces... agobia.

Solitariamente
Karmen Martìnez







jueves, 20 de octubre de 2016

La última rosa



























Junto a la última rosa caerán las hojas del alma.
Frágil, desnuda y doliente, bajo la luna de plata, 
inundada aún de otoño se dormirá solitaria.

Indiferente a su angustia caerá la nieve en escarcha,
 cubriendo su tez de seda y desdeñando su agonía
brillará, alegre y risueña sobre su piel quebrantada.
 


Con mi amor
Karmen Martínez

miércoles, 19 de octubre de 2016

Alma peregrina

Alma peregrina

El alma exaltada galopando al viento
liberarse intenta de férreas cadenas,
y romper ansía el terrenal enlace
disipando sombras, transformando brumas.

Se eleva esquivando el abismal vacío,
invocando sueños, buscando quimeras;
alas desplegadas hacia el horizonte:
crepúsculo de oro y de sangre teñido.

Viaja solitaria cual gaviota herida,
peregrina triste veloz se desliza,
persiguiendo anhelos y dulces recuerdos
de afanes truncados y amores perdidos.

Gira delirante en el silencio santo
de altura infinita y en risueño vuelo
sortea ventiscas, borrasca y estruendos,
diáfana y etérea, venero celeste.

Traspasa los nimbus y se inmoviliza
al frenar su vuelo un grillo obstinado;
volátil se esparce cual nube de niebla
y desciende en manto de fúlgida escarcha.

Karmen Martìnez

Más allá de mi estrella


Más allá de mi estrella

Mis deseos y aspiraciones, y mis grandiosos sueños; la fuerza en mi vida y la esencia de mi espíritu poderoso, unidos a una enérgica vitalidad y a mi gran entusiasmo convergen en excelsas posibilidades. 

Todo este conjunto auspicia mi estrella hacia el triunfo y llegaré a ser buena y feliz. Los nobles amigos se acercarán a mí como a un imán, atraídos por este pensamiento positivo, y mis relaciones con la gente hermosa y buena se fortalecerán y florecerán en un nacimiento: explosión mágica de grandes triunfos y la realización de las bellas ilusiones y aún, las de mis queridos amigos.

Todo el afecto que me han brindado, la consideración y el cariño, me hace sentir deseos de tener unos brazos enormes para poder abrazarlos a todos.


Con todo mi amor

Karmen Martìnez

martes, 18 de octubre de 2016

Gracias


Gravado (Victorian book dated 1881).

Quiero darte las gracias, mi Señor, por las bendiciones, regalo divino que me has dado:

Por el cansancio, por las desilusiones, por la angustia, por mis tropiezos y mi desesperación; además, por las alegrías, las satisfacciones, la plenitud y, especialmente, por tu amor. Por el amor de mi padre y de todos los que me han rodeado a lo largo de mi vida. Algunos me dieron amor y afecto; otros, desilusión y penas, pero, igual, lo agradezco porque eso me enseñó a luchar, a pelear y me hizo fuerte.

Las lágrimas que derramé limpiaron mi alma, mi vida y mis ojos; el dolor que padecí forjó mi espíritu y pude compartir con los demás su fruto. Los conocimientos adquiridos han servido para convencer y espero que, también, para enseñar o iluminar con mi pequeña e insignificante luz a otras personas. Mis pasos no siempre fueron seguros, no siempre fueron firmes pero sí, muy insistentes.

Mi padre me enseñó a amarte y por eso lo amo. Porque me hizo observarte en cada estrella, en cada brizna de hierba, en el rocío de las plantas en primavera y en la reluciente escarcha en el invierno. Me enseñó a cantar para alabarte y a buscarte más allá de las constelaciones, cuando los ojos se llenan de lágrimas y el corazón grita, buscando una respuesta que nadie conoce.

Gracias por los amigos “a toda prueba” que me has dado. Durante las grandes dificultades de mi vida muchos se quedaron en el camino y los perdí; los que persistieron, afirmaron y reforzaron el divino lazo de la amistad. Te agradezco tanto a unos como a los otros; ambos me dieron lecciones de existencia y supervivencia.

Te agradezco por el mucho o poco conocimiento que haya podido trasmitir a los demás.  

¡Gracias!


Con mi amor
Karmen Martìnez

domingo, 16 de octubre de 2016

Fatiga


Sólo esperaré un poco para apagar tu recuerdo;
mi alma está fatigada y olvidarte es lo más cuerdo.

¿Cómo es posible olvidar a aquel infinito amor
y después de tanto tiempo despedirse sin rencor?

Se fue la vida y perdí tu huella y ya no queda más que el recuerdo.
Pensando siempre en aquellos días… a veces creo que fue un sueño.

Busco en el cofre de los recuerdos tu rostro suave, de rasgos tiernos;
difuminada a través del tiempo, busco tu boca con tanto anhelo.

Mas ya no encuentro tu amada cara, no está tu boca ni está tu pelo;
Tan solo veo como en un sueño tus ojos tristes detrás de un velo.

Te amé y… te perdí de pronto; no fue tu culpa ni fue la mía.
Solo el destino en su afán loco con grande saña marcó mi vida.

Más fue tan bello en aquel instante aquel amor de infinita ternura,
que ya no duele cuando recuerdo tu trato suave y tu gran dulzura. 


Dolor en mi alma... ¡Oh! Cruel destino que así me paga mi sufrimiento.
Mi amor tan grande, mi gran deseo; lamento triste, triste tormento.

Era él un hombre hecho de ternura, mirada candente de grande dulzura, 
que fue imposible en aquel instante ignorar sus ojos y no amarle.

Adiós entonces, mi gran cariño, no sé si un día el destino quiera
cruzar de nuevo nuestras dos vidas y reencontrarnos aquí en la Tierra.

Karmen Martìnez

sábado, 15 de octubre de 2016

Pléyades y mirlos



“Yo le señalaba la inmensa bóveda celeste y le enseñaba a reconocer las constelaciones; le indicaba la forma y el nombre de cada una: El Escorpión en tenaz persecución del Cazador (Orión), abriéndose paso entre los cúmulos de fulgurantes estrellas a través del cosmos; el brillante Ojo de Tauro (Aldebarán) vigilando, celoso, a Orión para proteger a Las Pléyades e impedir el rapto de la bella Mérope, a la que intenta seducir con sus deslumbrantes joyas -y es que Orión posee uno de los diamantes más bellos e impresionantes del firmamento: Rigel, la súpergigante azul-. La rutilante jauría cósmica: el Can Mayor, fiel compañero de Orión en la eternidad, quien rivaliza con su amo por su descomunal estrella Sirius y su “Cachorro” (Sirius B), que junto con el Can Menor lo siguen, incansables, por el infinito.

Él escuchaba con atención la leyenda de todas ellas bajo aquel cielo límpido, magnífico, aparentemente inalterable. Sin embargo -le explicaba yo-, algunas de esas estrellas ya no existen, solo su luz continúa viajando hacia nosotros. El universo es cambiante, diferente de un momento a otro. ¿Cuántas de esas estrellas estarán naciendo y cuántas más, se habrán ya extinguido? Pero a pesar de eso, noche a noche el firmamento parece el mismo. A él le gustaban mucho todas esas historias. 

Disfrutábamos las noches esplendorosas en medio del intenso y abrumador silencio del campo, perfectas para velar y tratar de descubrir sus secretos. El valle parecía murmurar en una voz bajísima, casi imperceptible, con el leve viento. 

Nos levantábamos temprano para ver el amanecer, al que esperábamos cerca de una fogata, cuando todavía podíamos admirar a la Estrella de la Mañana en todo su esplendor a la que le seguía la aurora con sus hermosos colores y el indescriptible resplandor que antecede a la salida del sol y que solo puede apreciarse en el campo abierto.

Otras veces caminábamos por el valle soleado o rentábamos una lancha de motor que nos llevaba a lo largo del caudaloso río hasta un hermoso lago de aguas tranquilas y de un profundo azul turquesa: “nuestro lago”, lo llamábamos. 

Desde la colina, en la lejanía, se confunde el cielo con el lago. Por la orilla del río los sauces se inclinaban para mojar sus hojas en las ondulantes olas y los álamos extendían sus ramas cubiertas de nidos. Oíamos el escandaloso bullicio de los pájaros con su canto en las copas de los árboles. El río se deslizaba con pereza sobre la grava del fondo y, a lo lejos, se veían los cúmulos de plantas acuáticas que sobresalían del espejo del agua formando extrañas figuras.” 

Dos mirlos blancos revoloteando en el lago
Carmen Martínez


jueves, 13 de octubre de 2016

El silencio de la alondra

“El silencio de la alondra”:  Próximo a publicarse.



¿Qué pasaría si alguna vez, mientras te contemplas al espejo, este en su reflejo te devuelve los momentos maravillosos de los tiempos idos; el ayer que habías perdido y creías olvidado? ¿Qué harías, si al tocar su superficie notaras una textura líquida y pudieras traspasarla para encontrarte con el pasado que atesoraste y que tanto añoras?


Fragmento de “El silencio de la alondra”:


"Vas aprendiendo a evadir el dolor y la soledad a través de un caleidoscopio de fantasía, a remontarte en el arco iris y viajar en él hacia lugares fabulosos; a visitar las lejanas constelaciones y a hender las profundidades del mar, cuando el cielo se refleja sobre el espejo del agua. Pero… el destino aguarda (...).


El lujurioso verdor del campo languidece y va declinando gradualmente. Las tardes comienzan a enfriarse y el cielo se va desdibujando, las hojas doradas se arrastran y el trémulo color del otoño avanza en su itinerario melancólico (...).

Enfrentas un dilema: el anverso de tu pasado contrapuesto a la complejidad de tu presente abre huecos en tu destino y te arroja a una espiral fluctuante, un torbellino que amenaza con desarraigarte de tu tiempo real y de la mortalidad. Tratas de evadir el caos de tu vida y buscas una fisura en tu presente que te conduzca a una región inexpugnable, segura (…).

Con un esfuerzo sobrehumano tratas de reinventarte, de trascender. Igual que la alondra, te apresuras antes de que el viento frío del otoño comience a arrastrar consigo recuerdos y hojas secas. Levantas el vuelo cual pájaro errante y te pierdes en la engañosa bifurcación de los caminos, en la enmarañada confusión de la existencia, dejando atrás tu legado de canto y poesía; surcando las corrientes del aire, del tiempo y la distancia..."

(¡Dios!, esto me hizo llorar…)
Con amor
Karmen Martìnez


miércoles, 12 de octubre de 2016

Un día en la vida


Hay un día en la vida en que se te rompe el alma, el corazón se queda sangrante y despedazado; ya nunca lo podrás cambiar. El llanto ayuda pero no cura la herida ni borra la cicatriz punzante que deja. Se convertirá en un recuerdo grabado en fuego vivo. Cada movimiento te recordará que estuviste a punto de colapsar. Tu vida continuará entre las sombras: sonrisas para los demás y lágrimas de amargura vertidas en tu interior; lágrimas que nadie verá nunca. Te verán cantar y sonreír. Pueden llamarte frívola, es preferible a que te digan melancólica. Pero esa melancolía ya no te dejará jamás. Hay dolores que nunca se superan.

Karmen Martìnez

Desolación





Cuando vayan mal las cosas
como a veces suelen ir,
cuando ofrezca tu camino
solo cuestas que subir,
cuando tengas poco haber
pero mucho que pagar,
y precises sonreír
aun teniendo que llorar,
cuando ya el dolor te agobie
y no puedas ya sufrir,
descansar acaso debes
¡pero nunca desistir!

Tras las sombras de la duda
ya plateadas, ya sombrías,
puede bien surgir el triunfo
no el fracaso que temías,
y no es dable a tu ignorancia
figurarte cuán cercano
pueda estar el bien que anhelas
y que juzgas tan lejano.

Lucha, pues por más que tengas
en la brega que sufrir,
cuando todo esté peor,
más debemos insistir.



*Joseph Rudyard Kipling (Bombay, 30 de diciembre de 1865–Londres, 18 de enero de 1936). Escritor y poeta británico nacido en la India.


lunes, 10 de octubre de 2016

Belleza interior

La filosofía estética se finca sobre la belleza. Así como el Principito decía: “No hay tiendas donde vendan amigos”; se puede asegurar que tampoco las hay donde se venda el encanto interior. Ese hay que trabajarlo. La sencillez es la base del encanto: ser espontanea, inteligente, femenina no significa llevar la ropa más cara, el maquillaje más perfecto o acudir a la cirugía para corregir defectos físicos. Es tener una conversación armoniosa, una sonrisa constante, imaginación y creatividad. También, aceptar que no todos nos van a adorar.

Sería maravilloso decir: “Soy bella y todos me aman”. Pero es “arma de doble filo”. Una persona a quien todos aman sería, en realidad, una persona sosa e insignificante si tomamos en cuenta que el encanto y la inteligencia como el éxito no son bien aceptados por algunas personas. Por lo tanto, es mejor tener algunos detractores, ellos serán el termómetro que marcarán nuestros avances; nos estarán advirtiendo de lo mucho o de lo poco notables que somos, muchas veces de manera amarga pero, definitivamente, necesaria.

La belleza extraordinaria impresiona pero, en el mundo de los ciegos, ¿cuántos quedarían impresionados por la belleza física? ¿Y cuántos, por la belleza interior?

Karmen Martìnez

domingo, 9 de octubre de 2016

Kevin Costner

Kevin Costner. Sin discusión, uno de los prototipos más perfectos de la belleza masculina norteamericana.

viernes, 7 de octubre de 2016

Feliz fin de semana...

Aun sigo esperando esas noches de luna llena...

A mi hija

Mi hija

Mi pequeña es como el sol, tan bella como una rosa,
que me llena de ilusión cuando revolotea cual mariposa.

Rizados cabellos de oro y mejillas sonrosadas,
parece salir de pronto de un viejo cuento de hadas.

Es como un ángel travieso mi pequeño querubín,
con ese vaivén inquieto que parece no tener fin.

Y cuando habla, me embriaga con su vocecita de cristal
que a mi corazón refresca cual agua de un manantial.

Y cuando ya muy cansada de noche por fin se duerme,
mi alma se queda helada y se inflama solo al verle.

Sólo tiene cuatro años pero a veces me sorprende
por tener mente tan clara y ser tan inteligente.

A todos nos quiere engañar con su sonrisa amielada
para hacer sus travesuras y nadie le diga nada.

Pero si se le reprende y se le llama la atención
se desborda en su enojo cual volcán en erupción.

Si ella mira a su hermano estudiando su lección,
finge estar muy ocupada resolviendo una ecuación.

Como una hermosa perla que montada en broche de oro,
al reunirse con su hermano, forman preciado tesoro.

Es una muñequita, más linda que una princesa;
Así es esa señorita, mi pequeñita traviesa.


Karmen Martìnez





lunes, 3 de octubre de 2016

Llano nevado


Miro bajar la nieve como el polvo en la huesa;
miro crecer la niebla como el agonizante,
y por no enloquecer no encuentro los instantes,
porque la noche larga ahora tan solo empieza.

Miro el llano extasiado y recojo su duelo,
que viene para ver los paisajes mortales.
La nieve es el semblante que asoma a mis cristales:
¡siempre será su albura bajando de los cielos!

Siempre ella, silenciosa, como la gran mirada
de Dios sobre mí; siempre su azahar sobre mi casa;
siempre, como el destino que ni mengua ni pasa,
descenderá a cubrirme, terrible y extasiada.

Gabriela Mistral