lunes, 2 de mayo de 2016

Gracias



 


Señor, gracias por los amigos “a toda prueba” que me has dado. Durante las grandes dificultades de mi vida muchos se quedaron en el camino y los perdí; los que persistieron, afirmaron y reforzaron el divino lazo de la amistad. Te agradezco tanto a unos como a los otros; ambos me dieron lecciones de existencia y supervivencia.

Gracias, queridos amigos.
(No los menciono porque no quiero olvidar a ninguno, pero los quiero y les agradezco su valiosa y bella amistad). 
Muchos andan por ahí perdidos pero los voy a encontrar.  

Con todo mi amor.
Karmen Martìnez

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