viernes, 13 de mayo de 2016




(De Las flores del mal, de Charles Baudelaire)


La destrucción

El demonio se agita a mi lado sin cesar;
flota a mi alrededor cual aire impalpable;
lo respiro, siento cómo quema mi pulmón
y lo llena de un deseo eterno y culpable.


Toma a veces la forma, sabiendo que amo el arte, 
de la más seductora de todas las mujeres; 
con pretextos y antojos que no hecho a mala parte
acostumbra mis labios a nefandos placeres.


Cada vez más, me aleja de la dulce mirada de Dios, 
dejando mi alma jadeante, fatigada 
en medio de las negras llanuras del hastío.


Y pone ante mis ojos llenos de confusiones, 
heridas entreabiertas, espantosas visiones... 
y el sangriento aparato de la destrucción.


Karmen Martínez




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