viernes, 4 de noviembre de 2016

La vehemencia de Kafka.

































No sé qué escribir. Me limito a vagar entre las líneas, a la luz de tus ojos, en el aliento de tu boca, como en un bello día de felicidad”.

“No sé cómo abarcar toda esta dicha en palabras, ojos, manos y este corazón. No sé cómo abarcar la felicidad de tenerte aquí, la alegría de que me pertenezcas. No solo te amo a ti. Es más lo que amo: amo la existencia que tú me otorgas”.

“Yo te quiero como el mar desea a un diminuto guijarro hundido en sus profundidades.

[…]

Se puede pensar en una persona distante, se puede aferrar a una persona cercana, todo lo demás queda más allá de las fuerzas humanas. Los besos por escrito no llegan a su destino, se los beben por el camino los fantasmas.

Los fantasmas no se morirán de hambre, y nosotros en cambio pereceremos.

Franz Kafka

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