Inspiración nocturna,
Por el éter resbala melancólica
la luna, y en mi frente se refleja;
a su brillo argentado se asemeja
el color de mi faz.
De la brisa nocturna el ala rápida
sutil bate mi rubia cabellera,
como las hojas de gentil palmera,
balancea fugaz.
Oscuridad, silencio, aspecto tétrico
muestra la noche tácita al ser mío,
sólo me afecta de un lejano río
el parlero rumor;
que, llevado en las alas de aire trémulo,
se parece, en su plácido murmullo,
al compasado y pavoroso arrullo
del eterno sopor.
Cual volubles vapores, sombras fáciles
antepuestos al sol ocasionaran,
e invisibles, aéreos, se espaciaran
entre la claridad;
Así veo cruzar seres fantásticos
de la luna a los pálidos reflejos,
y vagando se pierden allá lejos
entre la oscuridad.
De vibrátil campana al son profético
exánime ha zumbado en mis oídos
y débiles temblaron mis sentidos
a su fúnebre son.
¡Y pocos mostrarán sus ojos húmedos
a ese sonido que en el viento espira
pues su divina voz no les inspira
Santa meditación!
Todos duermen, menos yo,
todo en el mundo reposa,
la campana enmudeció
el aura sobre la rosa
tranquila se adormeció.
Sordo el río susurrando
me acompaña solamente,
y con su murmullo blando
me hace acordar inocente
que el tiempo se va pasando.
Ramón de Campoamor (1817-1901)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario