Sabes, amor, ¡cuánto te he amado!
Sabe que hay días en que mi alma gime,
sufre y se impacienta.
¡Tantas horas esfumadas!
Tanto amor, olvido tanto…
tanto tiempo diluido en llanto.
Tantas horas fluyendo como ríos, buscando,
buscando un mar dónde irse a morir.
¿Dónde irán a parar?, si alguna vez lo alcanzarán
o se irán diluyendo por las rocas
áridas de los días y los años;
y el mar, el ávido mar
inquieto esperando, esperando…
inmenso y bravío, pero ansioso,
abrupto, y de amor
desolado y vacío.
Sabes amor...
Karmen Martìnez
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