jueves, 27 de julio de 2023

No me busques, madre...

 


No me busques, madre…

 Perdido en la niebla, trémulo, extasiado; lejos, ya muy lejos, en algún lugar.

—¿Bello? —Sí, muy bello. —¿Grande? —Sí, muy grande, pero muy lejano ya de tu existencia.

 

—Yo sé que algún día estaremos juntos, tú hallarás la forma de llegar a mí

—Yo estaré esperando al clarear el alba que en la nívea espuma… te regrese el mar.

 

Cuando en el invierno el dolor te agobie, piénsame, evócame con el mismo amor;

no dejes que el frío congele el recuerdo y la nieve borre de tu corazón

el cariño inmenso, la dulce mirada, el afecto grato y la gran ternura

que me profesaste desde el primer día en que me acogiste con gran devoción.

 

Ya no busques, madre, en el cementerio la esencia de mi alma y a tu pena alivio...

el sepulcro guarda solo la figura que un día, amorosa, formaste en tu seno.

Búscame en la aurora, búscame en la brisa, en las suaves notas de una melodía,

busca en el arpegio: sus ritmos y tiempo, que recoge el mar y dispersa el viento.

 

 Karmen Martinez

 

 


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