"¿Qué tenemos nosotros en común con el capullo de la rosa, que tiembla porque tiene encima de su cuerpo una gota de rocío? Es verdad: nosotros amamos la vida no porque estemos habituados a vivir, sino porque estamos habituados a amar. Siempre hay algo de demencia en el amor. Pero siempre hay también algo de razón en la demencia" [...]
"¡Ojalá fuera yo más inteligente! ¡Ojalá fuera yo inteligente
de verdad, como mi serpiente! Pero pido cosas imposibles: ¡por ello pido a mi
orgullo que camine siempre junto a mi inteligencia! Y si alguna vez mi
inteligencia me abandona - ¡ay, le gusta escapar volando! - ¡que mi orgullo
continúe volando junto con mi tontería!" [...]
"Y he aquí que un águila cruzaba el aire trazando amplios círculos y de él colgaba una serpiente, no como si fuera una presa, sino una amiga: pues se mantenía enroscada a su cuello. «¡Son mis animales!, dijo Zaratustra, y se alegró de corazón. El animal más orgulloso debajo del sol, y el animal más inteligente debajo del sol - han salido para explorar el terreno. Quieren averiguar si Zaratustra vive todavía. En verdad, ¿vivo yo todavía? He encontrado más peligros entre los hombres que entre los animales…" [...]
Así habló Zaratustra
Friedrich Nietzsche
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