domingo, 10 de mayo de 2020

El tiempo y el espacio siempre infinitos



La lluvia comenzó a caer como si el cielo llorara. El músico, dijo: “Hoy le pido al universo como todos los días me conceda verte sólo un instante, nunca te irás y nos amaremos hasta el final de los tiempos; haré música y cantaré para ti. Más allá de las estrellas buscaré un lugar para seguir amándote con mis cantos y mis notas. Esto es lo que siento: con poemas te beso, con canciones te amo, con mi alma te ofrezco estar a tu lado más allá del tiempo y del espacio, siempre infinitos. Esto que siento crece y no se detiene. ¿Qué me has hecho? Nunca he podido sentir nada igual ni más bello. Si existe algo más hermoso, mis ojos no quieren verlo. Flota mi ser al sólo pensarte y temblando me pregunto: ¿Cómo voy a actuar? No sé si mi voz responda".

La lluvia arreció y el viento elevó su gemido mientras el músico postraba su exótica humanidad sobre el fango… y expiró.

Autor: Samuel Eduardo 
Poema en prosa publicado en Dos mirlos blancos revoloteando en el lago, de Karmen Martìnez




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