La luna es una ausencia.
¿Y tú quién eres de la noche errante,
aparición que pasas silenciosa,
cruzando los espacios ondulantes
tras los vapores de la nube acuosa?
Negra la tierra, triste el firmamento,
ciegos mis ojos sin tu luz estaban
y suspirando entre el oscuro viento
tenebrosos espíritus vagaban.
yo te aguardaba, y cuando vi tus rojos
perfiles asomar con lenta calma,
como tu rayo descendió a mis ojos,
tierna alegría descendió a mi alma.
¿Y a mis ruegos acudes perezosa
cuando amoroso el corazón te ansía?
Ven a mí, suave luz, nocturna, hermosa
hija del cielo, ven, ¡por qué tardía!
Carolina Coronado (1820-1911)
Carolina Coronado (1820-1911)
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