sábado, 19 de marzo de 2022

El silencio de la alondra (novela)

 

La tarde se aleja y el viento se lleva tu triste lamento. La luna se posa en tu frente creando un aura espectral, el agua corre por tu rostro confundiéndose con tus lágrimas que, hasta ahora, comienzan a brotar y tus ojos se cierran adormecidos, cansados de tanto dolor. Cuando los abras todo habrá pasado y el tiempo habrá dejado otra cripta en tu corazón […] Vagabundeas desolada por el campo solitario. La alondra ha enmudecido y sus poemas no se oyen más, tal vez emigró a lugares más risueños... tal vez…
Enfrentas un dilema: el anverso de tu pasado contrapuesto a la complejidad de tu presente abre huecos en tu destino y te arroja a una espiral fluctuante, un torbellino que amenaza con desarraigarte de tu tiempo real y de la mortalidad […]















Con un esfuerzo sobrehumano tratas de reinventarte, de trascender. Igual que la alondra te apresuras antes de que el viento frío del otoño comience a arrastrar consigo recuerdos y hojas secas. Levantas el vuelo cual pájaro errante y te pierdes en la engañosa bifurcación de los caminos, en la enmarañada confusión de la existencia, dejando atrás tu legado de canto y poesía; surcando las corrientes del aire, del tiempo y la distancia.

El silencio de la alondra (novela)

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