¿Qué es la muerte? ¿Qué es la vida? ¿Qué es el alma?
¿Dónde queda, exactamente, el umbral que divide a la vida de la muerte? Ese proceso, cuando ya es irreversible el hecho de morir. El alma incorpora el principio vital o esencia interna de cada uno de los seres vivos.
Según Platón, en El Fedón, el alma es una sustancia que trata de desligarse de los límites y conflictos que surgen de su unión con el cuerpo y podrá vivir de modo pleno tras el momento de la muerte, y Kierkegaard tenía la convicción de que la fe es la más grande pasión del ser humano.
Según John Denver: El cuerpo es sólo una concha que protege al alma y cumple su deber; como un corcel que lleva a su jinete a casa; como las águilas, ángeles de la luz y la oscuridad, habitantes de las alturas celestes que no conocen los límites del movimiento.
Dice: “Mi espíritu nunca será roto o atrapado por nada que limite la libertad del alma para levantar el vuelo en alas gloriosas”. Y en The wings that fly us home, dice: “Nunca estarás solo, si el espíritu está lleno de la grandeza y oscuridad de los cielos; del anhelo final del alma. Como vivir en una estrella tan lejana como los sueños… o vivir siendo una parte de ese gran todo que es el universo”.
Vivir, creo yo, es el anhelo infinito de trascender, de elevarse, de abarcar las maravillas celestes o terrenales. Es querer alcanzar lo inalcanzable y seguir a quienes amamos hasta el infinito.
No sé… entonces, ¿qué es la vida?, ¿qué es la muerte?, ¿qué es el alma?