domingo, 15 de marzo de 2020

A mi padre y a mi hijo (in memoriam)






A mi padre y a mi hijo (in memoriam)
Unidos en el tiempo y en el espacio siempre infinitos...

Roble majestuoso de imponente tronco,
raíces profundas y erguido hacia el cielo;
jamás doblegado por los vendavales,
armonioso y dulce, longevo y esbelto.

Cuántas tempestades con valor pasaste
en agreste suelo, vapuleado y solo.
Nunca te doblaste, resistiendo airoso
tormentas, ráfagas, fragores y estruendos.

Caballero dulce de afable presencia;
conjunto invaluable de grande nobleza,
forjador de sueños, voluntad de roca.

¿Dónde están tus sueños quiméricos y esquivos
y tu alma tan fecunda envuelta en el dolor?
Viajero solitario, enigma inescrutable,
errante por la noche eterna y misteriosa.

Resquicios en mi alma, ternura y nostalgia;
tus brazos recios mi nido de paloma,
de mi miedo abrigo, alivio de mis penas.

Liberada mi alma de su investidura
ansiosa de tu luz su rayo seguirá;
surcando la neblina hasta alcanzar tu estrella.
  

Karmen Martìnez  


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