jueves, 12 de octubre de 2017

La última rosa


La última rosa

Junto a la última rosa caerán las hojas del alma:
frágil, desnuda y doliente, bajo la luna de plata, 
inundada aún de otoño se dormirá solitaria.

Indiferente a su angustia caerá la nieve en escarcha,
y desdeñando su agonía cubrirá su tez de armiño,
brillando alegre y risueña sobre su piel quebrantada.

El bien y el mal

¿El bien o el mal o el conocimiento y la ignorancia ?

Los principios éticos son criterios de decisiones fundamentales que los miembros de una comunidad científica o profesional han de considerar en sus deliberaciones sobre lo que sí o no se debe hacer frente al quehacer profesional. Los cinco principios éticos: Beneficiencia, No Malficencia, Justicia, Autonomía e Integridad.

Beneficiencia. Esfuerzo por beneficiar a otros.

No maleficiencia. Esfuerzo por no causar daño en el ejercicio profesional.

Principio de justicia. Reconocer el derecho equitativo a los beneficios de la psicología.

Principio de autonomía. El derecho de las personas a su privacidad y autodeterminación.

Principios de integridad. Hacer lo correcto en el cumplimiento de sus deberes profesionales. Ser responsables y veraces y respetar las relaciones de confianza que establecen en el ejercicio profesional.

Karmen Martìnez


domingo, 8 de octubre de 2017

A los héroes anónimos




Quise hacerle un homenaje a los héroes del terremoto de septiembre en México, representados por el heroico soldado que rescató a una niña de dos años y al ver que estaba muerta rompió en llanto. Como él hubo cientos o quizá, miles de mexicanos desesperados, buscando entre los escombros con el único interés de salvar vidas. ¡Honor a ellos!

A LOS HÉROES DEL TERREMOTO DE SEPTIEMBRE 2017

Soneto
¿Quién eres tú heroico soldado
que retas entre ruinas a la muerte
y buscas revertir la amarga suerte
del que está entre escombros atrapado?

Angustiado logras asir apenas
un bracito de alguien y no se advierte
si ganó la vida o ganó la muerte
y gran inquietud corre por tus venas.

Te urge rescatarla, ¡es una nena!,
la levantas en brazos aterrado
profiriendo un grito desgarrado

sin poder dominar la enorme pena
al notar que de tus brazos ha volado
a los brazos del ángel designado

a transportarla al paraíso prometido.
…Y tu amargo llanto brota, entristecido.




Karmen Martínez